Estás solo y en la noche que es eterna en el espacio exterior. En tu cápsula en penumbra el silencio ya devora lo que queda de tu paz interior. Suspendido en plena fuga, perdida ya toda conexión. Reducido batiscafo, falta el aire en tu escafandra, ves la alerta en tu panel de control. Más allá del cristal donde duerme la nada hay un velo, en la noche estelar, imposible de rasgar. El recuerdo, en su ausencia, te devora, esa oscura presencia. Has caído, has perdido estás solo en el camino, presa de tu enfermedad. Tras la lluvia de asteroides centellea una fina arena estelar. Es marfil, polvo de estrellas, fino nácar, madreperla, un instante de belleza espectral. En el orbe transparente regreso a tu soledad espacial todo se ha desvanecido, sientes llegar el frío, se acerca otra obscura noche invernal. Más allá del cristal, parpadea tu nostalgia ese fuego, que envenena tus venas, y ahora es ya necesidad. Y ese sueño, que es tu dueño, tu ansiedad, te condena a cada paso. Has caído, has perdido estás solo en el camino, presa de tu enfermedad. Purpúrea luz rojiza que ahora inunda tu cabina Fuego sobrenatural anegando tu cristal Te pesan los párpados, te pesan las piernas extendidos los brazos, tierra, de adormideras. Céfiro suave, enigmática luz desde el fondo de la nave se acerca y te acaricia un cálido aliento del Sur. Purpúrea luz rojiza que ahora inunda tu cabina Se hace lento el palpitar, aún más lento el respirar del soñar, dormir, velar, dormir, soñar... Un ser, que no es ya tu ser, se ha acercado por detrás ese ser, que una vez fue, tu propio ser, criatura espectral Y en un beso, abisal, vuestros labios, se volvieron a rozar (has sentido) la caricia, que creías muerta ya y guardabas muy adentro en tu memoria. ¿Se ha acabado ya la noche, esta noche sin final? Te pregunta y su mirada, luce aquella ingenuidad. Atrás quedan ya las sombras, que me impedían regresar ya volvemos a estar juntos, dime que esto es realidad. Aquel hilo, aquella estela, nuestro mágico cometa baúl de tantas promesas, fue valija de nuestros sueños, pozo de nuestros deseos esta noche brillará, con la misma intensidad. En sus ojos ves la noche, que ha pronunciado su nombre en su mirada un cristal, luce un brillo terminal Hablas ya con voz oscura, que hace tiempo suena ahogada de tu boca nace una sombra maltratada de tus labios mil noches sin luna. Tu inocencia derramada, por el suelo de aquel baño. Lúbrica tu desnudez, Venus de los urinarios. Triste tragedia macabra, de miradas sin palabras acto sobre actuado, de los cuerpos maltratados. Sangre seca en el lavabo, Hipodérmica en el suelo se ha estrellado ya tu vuelo, la comedia se ha acabado. Regresas a la noche, que es eterna en el espacio exterior. A tu cápsula en penumbra, al silencio que devora lo que queda de tu paz interior. Suspendido en plena fuga, perdida ya toda conexión ya no hay aire en tu escafandra, reducido batiscafo estás solo y has perdido el control. Más allá del cristal, parpadea tu nostalgia ese fuego que envenena tus venas, y ahora es ya necesidad. El recuerdo, en su ausencia, te devora, esa oscura presencia. Has caído, has perdido se ha acabado tu camino, llega a tu eternidad.

Giran... las luces... los oyes... revolotear. Sus voces... te nombran resuenan... en tu estación orbital que errante... se enrosca y abisma... en una nueva espiral. Se tuerce y se retuerce el tronco... de tu misma enfermedad. Hace tiempo que has perdido tu preciada intimidad hay un ser agazapado al fondo en tu oscuridad. Su danza... sus caras se agolpan... al otro lado del cristal. Resuena en... tu escafandra el coro... de un extraño ritual. sus golpes... retumban y sabes... que ya pronto van a entrar Los ojos... cerrados no quieren... ver lo que te va pasar. Hace tiempo que no duermes con cierta normalidad aquí estoy agazapado sé que me oyes respirar. En el fondo de tus ojos luce el fruto de mi arte todos huyen ya de ti del espanto de mirarte. En tu rostro demacrado vive el signo de mi arte poco queda ya de ti del placer de devorarte. Esos ojos son mis ojos esas manos son mis manos esa boca que ya no es tu boca es mi voz dueña de tus labios. Hace tiempo que no dices nada con normalidad devorado por el canto de sirenas de hospital. En el fondo de tus ojos luce el fruto de mi arte todos huyen ya de ti del espanto de mirarte. En tu rostro demacrado vive el signo de mi arte poco queda ya de ti del placer de devorarte. Esos ojos son mis ojos esas manos son mis manos esa boca que ya no es tu boca es mi voz dueña de tus labios.

Hace tiempo has zarpado en busca de un ideal atrás todo lo has dejado por ser joven e inmortal. Vives en tu creación tu artefacto sideral en tu limbo encapsulado tu burbuja de cristal. Entre océanos del tiempo navegas la noche oscura vives a merced del viento bordeando la locura. Conversando con fantasmas ahuyentas tu soledad y en la noche de tu cama lloras tu inmortalidad. Triste y solitario Nemo en tu cápsula espacial en una barca sin remos surcando la eternidad. Errante... Espectro... ...del pasado Viejas fotografías acompañan tu viaje se suceden los días de soledad sin mensajes. Hoy es tu aniversario poco que celebrar has perdido la cuenta de las velas que soplar. Triste y solitario Nemo en tu cápsula espacial en una barca sin remos surcando la eternidad. Errante... Espectro... ...del pasado. Triste y solitario Nemo ahora ansías tu final te has parado en el extremo la frontera universal el limbo que habitas se ha quebrado. Triste y solitario Nemo ha llegado tu final te has parado en el extremo ya no quieres navegar océanos del tiempo

Yace embarrancado tu módulo lunar que en el polvo rojo se niega a avanzar. El fino hilo de sangre al que acompaña tu sombra a cada paso que avanzas tiñe de rojo la alfombra. Aúllan crueles chacales se acercan rastreando tus huellas y sabes que no habrá testigos tal vez aquellas estrellas. El horizonte dibuja aquella tapia que espera en la más muda elocuencia la sangre que tiña su piedra. El polvo rojo te envuelve ruge el viejo Shamal sacude el océano fósil tiemblan cimientos del mar. Perdido y desorientado te hundes al caminar se abre ante ti la gran noche del yugo y la flecha mortal. Ya vienen con sus antorchas y lucen sus estandartes las tribus de los pantanos incendian llanuras de marte. Armados de fanatismo idólatras de lo oscuro te arrastran cantando sus salves te atan frente a aquel muro. Los rojos vientos de marte murmuran pasados lamentos antiguas voces comparten los blandos suelos del sueño Los rojos vientos de Marte entonan canciones sin dueño antiguas voces comparten las blandas llanuras del sueño. Aquellos hombres sin cara formados en pelotón apuntaron sus fusiles al centro de tu emoción. Algunas balas pasaron silbando a tu alrededor pero hubo una que entró partiéndote el corazón. El mar de oscuras cenizas que ardió por un ideal (es un mar que) acoge a hijos e hijas hermanos en la libertad. Hoy es el mar tranquilo de quienes aman la paz el que apunta hacia una estrella que en la fría noche como una aurora bella florecerá.